Resulta entretenido escuchar la historia de Víctor Arévalo en el mundo del calzado. Hace 45 años aprendió este arte en los talleres de diferentes maestros. Uno de ellos fue Miguel Ulloa, quien bajo el sistema de destajo le mandaba a que elabore los zapatos en su casa. Hasta que hace 30 años instaló su propio taller y hoy lo tiene equipado con tecnología moderna para la cadena de producción del calzado.
Los zapatos de vestir con tacos altos o medianos para fiesta y ocasiones especiales marcan la línea clásica. Los diseños surgen de esa combinación de creatividad y experiencia. Aunque también elabora moldes originales cuando el cliente lo pide, se trata de una fabricación en serie para cubrir la demanda de los mercados de Quito, Riobamba, Ibarra, Tulcán y otras ciudades del país. El taller esta ubicado en la calle Cuenca y 9 de Octubre.