Al ingresar en el taller Ñachag, en Cuzay, seguro se impresionará con la propuesta de Johanna Guillén. Ella decidió ser irreverente
y romper esquemas con sus diseños en la técnica de tejido ikat.
Rostros de personajes como Guayasamín y la lideresa indígena guatemalteca, Rigoberta Menchú, o una figura gigante de Huayna Cápac son sus obras de arte. También teje siluetas de ángeles y motivos del entorno local, claro sin dejar de lado las makanas, pero imponiendo su identidad con colores y modelos más joviales y modernos.
Esta hábil artesana gualaceña no solo rompió esquemas sino hasta venció estereotipos al demostrar que, siendo zurda, aprovecha al máximo la técnica. El uso con precisión de la cinta métrica es uno de sus secretos para lograr que hasta las miradas y las expresiones faciales -sus preferidas- sean casi similares a las reales.